Escrito Por: Bianca de Mattos (Consagrada del Regnum Christi)
6 de marzo 2024 - Centro Notre Dame de Jerusalén
De la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae, de San Juan Pablo II, se puede destacar las siguientes palabras (nº 11):
“María vive mirando a Cristo y tiene en cuenta cada una de sus palabras: «Guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19; cf. 2, 51). Los recuerdos de Jesús, impresos en su alma, la han acompañado en todo momento, llevándola a recorrer con el pensamiento los distintos episodios de su vida junto al Hijo. Han sido aquellos recuerdos los que han constituido, en cierto sentido, el 'rosario' que Ella ha recitado constantemente en los días de su vida terrenal.
Y también ahora, entre los cantos de alegría de la Jerusalén celestial, permanecen intactos los motivos de su acción de gracias y su alabanza. Ellos inspiran su materna solicitud hacia la Iglesia peregrina, en la que sigue desarrollando la trama de su 'papel' de evangelizadora. María propone continuamente a los creyentes los 'misterios' de su Hijo, con el deseo de que sean contemplados, para que puedan derramar toda su fuerza salvadora. Cuando recita el Rosario, la comunidad cristiana está en sintonía con el recuerdo y con la mirada de María.”
Desde “Notre Dame Center of Jerusalém”, un Centro dedicado a la Virgen María, este breve texto representa una invitación a vivir esta Cuaresma desde la mirada de María o desde “sus recuerdos”, en sintonía con Ella.
Sabiamente la Iglesia organizó la oración del Rosario alrededor de los principales hechos de la vida de Jesús, desde su niñez hasta su muerte. Pues “el Rosario, en efecto, aunque se distingue por su carácter mariano, es una oración centrada en la cristología” (Rosarium Virginis Mariae, Nº1). Esos hechos de la vida de Cristo, a cada decena, nos son ofrecidos como un MISTERIO insondable, lleno de detalles, de historia, de contexto, de profundidad, de teología etc. Merecen especial atención en este período del año los MISTERIOS DOLOROSOS.
San Juan Pablo II afirma:
“El Rosario escoge algunos momentos de la Pasión, invitando al orante a fijar en ellos la mirada de su corazón y a revivirlos. El itinerario meditativo se abre con Getsemaní, donde Cristo vive un momento particularmente angustioso frente a la voluntad del Padre, contra la cual la debilidad de la carne se sentiría inclinada a rebelarse. Allí, Cristo se pone en lugar de todas las tentaciones de la humanidad y frente a todos los pecados de los hombres, para decirle al Padre: «no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc 22, 42 par.). Este «sí» suyo cambia el «no» de los progenitores en el Edén. Y cuánto le costaría esta adhesión a la voluntad del Padre se muestra en los misterios siguientes, en los que, con la flagelación, la coronación de espinas, la subida al Calvario y la muerte en cruz, se ve sumido en la mayor ignominia: Ecce homo! (Rosarium Virginis Mariae, Nº22)
Una mención a la experiencia de Tierra Santa - donde la palabra “aquí” (en latín hic) adquiere un valor y peso únicos – es la referencia a los lugares propios de la Pasión de Cristo donde, por lo tanto, se puede seguir ese itinerario meditativo del cual habla Juan Pablo II. En Jerusalén, por ejemplo, la Basílica de la Agonía, al pie del Monte de los Olivos; la Via Dolorosa y el Santo Sepulcro son lugares particularmente significativos, ya que, con su ambiente y su liturgia específicos, ayudan a la composición de lugar y a la contemplación de los Misterios Dolorosos.
El centro de Notre Dame también cuenta con una Exhibición permanente de la Sábana Santa dónde, peregrinos de diferentes países, pueden identificar en una réplica del lienzo y en una escultura tridimensional, las marcas de los azotes, de las espinas, de los golpes y puñetazos, de la lanza del soldado etc. Se puede tener una idea también de los clavos que lo crucificaron en la cruz, la dimensión de la corona de espinas o de las monedas puestas sobre sus ojos, según una antigua tradición fúnebre. Por fin, la Exhibición ofrece una serie de estudios científicos que amplían el entendimiento sobre esta reliquia: un estudio de botánica, el Carbono 14, la iconografía etc.
Pero aún lejos de Jerusalén y de los lugares santos, uno puede sumergirse, por sí mismo, en el misterio del dolor redentor de Cristo, ya que“(...) llevan el creyente a revivir la muerte de Jesús poniéndose al pie de la cruz junto a María, para penetrar con ella en la inmensidad del amor de Dios al hombre y sentir toda su fuerza regeneradora,” (Rosarium Virginis Mariae, nº 22)
En el esquema a seguir, facilitamos las citas bíblicas de los Misterios Dolorosos:
Primer misterio doloroso La Oración en el Huerto | Segundo misterio doloroso La Flagelación del Señor | Tercer misterio doloroso La Coronación de Espinas
| Cuarto misterio doloroso Jesús con la cruz a cuestas
| Quinto misterio doloroso Jesús muere en la cruz |
Mc 14, 32-42
| Mt 27, 11-26
| Mc 15, 15-20
| Jn 19, 6-17
| Mt 27, 33-50
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